Con la reforma realizada por máquina-liquen, este apartamento de dos habitaciones situado en el casco antiguo de Salamanca ha ganado en amplitud y luminosidad al haberse incluido como espacio útil el oscuro pasillo preexistente. Ahora las estancias se distribuyen a partir de su salón, ámbito multifunción que recepciona la vivienda. Con una distribución de inspiración japonesa cada espacio del hogar vuelca en el siguiente y los lugares de paso no quedan inutilizados más allá del ir y venir, cumpliendo a su vez otros cometidos, el pasillo que da paso a las habitaciones es lugar desde el que lavarse la cara, la zona de almacenaje y el espacio de colada dan paso al balcón…
El frente de la sala principal está presidido por una cocina-mural construida in situ que ocupa el centro de la vivienda. Tras ella se disponen el aseo, la zona de lavandería, la despensa y el acceso a los dormitorios. Tomando como referencia la casa Farnsworth ideada por el arquitecto germano-estadounidense Mies Van der Rohe en 1946, es alrededor de este núcleo central de instalaciones en dónde gira la vida del hogar y se demarcan las zonas comunes y el ámbito privado de la vivienda.
Otro punto importante en la reforma es la potenciación de la luz natural gracias a la colocación de materiales traslúcidos en los cerramientos de ducha y aseo y la entrada del sol al espacio central a través de las ventanas orientadas a los patios situados a norte y a sur. A esto contribuye también la apertura directa del salón a un balcón interior desde el que se ve cercana la catedral.
En el techo se han ahuecado y blanqueado sus bovedillas y las pequeñas bóvedas longitudinales resultantes coronan con su juego de planos la habitación, transformándola desde su sencillez en un espacio singular, hogareño y, a la vez, expresivo; tradicional y moderno a partes iguales.