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reforma

2019-20 Cespedosa | Salamanca

casa Cespedosa

Fotografías: máquina-liquen y bOrrOsOgráfico

Esta propiedad, en las inmediaciones del embalse de Santa Teresa, fue en su día tienda de ultramarinos de las que vendían telas, despachaban alubias y tenían en su bodega huevos de corral y a Mariquita Pérez en las estanterías. Así la casa familiar, ocupada durante tres generaciones, vivía abierta al espacio público y a las miradas de los clientes en su fachada suroeste, de una sola altura.

Alrededor del gran espacio central de venta, que hoy ocupa el salón, se distribuían las estancias privadas de la familia. Debajo de la vivienda estaban los almacenes que, gracias al desnivel existente desde la calle y a través de una escalera de madera oculta bajo una trampilla, daban salida al corral situado en la parte posterior del inmueble, en su cara noroeste. Esta disposición pervive con la nueva reforma, aunque el mal estado de las carpinterías poco ha permitido conservar de aquello que fue y suelos, vigas y escalera han sido sustituidos por otros de parecida estética con los originales y mayor resistencia estructural, dando como resultado un ambiente acogedor, sencillo y minimalista.

Con el cambio de uso del inmueble, convertido hoy en segunda residencia, se buscó un trasvase de protagonismo entre las fachadas, ganando relevancia el lienzo «trasero» con respecto al principal y haciendo del jardín un lugar íntimo de descanso y recreo frente a su empleo tradicional como redil, huerto y almacén. La reordenación y limpieza de esta fachada le ha dado un aire palaciego a todo el edificio, con un marcado carácter horizontal acentuado por la línea de imposta que separa las dos alturas, una viga vista de metal, y la disposición geométricamente ordenada de los vanos y la decoración casetonada de la construcción original.

Desde el jardín se accede, a través de la galería de puertas correderas de cristal ganadas al muro, a los dos grandes salones que ocupan la planta baja y que corresponden a cada uno de los dos volúmenes que conforman el edificio —claramente diferenciados desde su parte este por la pendiente triangular de sus cubiertas—. Esta primera altura hace las veces de basamento a la «planta noble» y da paso en altura a la galería de ventanales que ocupa toda la zona superior y que, convenientemente restaurada, es foco de luz para la hilera de tres habitaciones que se abren al corredor interior.

Completa la fachada la colocación de una gran terraza con acceso desde el piso superior y que cumple la doble función de porche sombreado y resguardado de la lluvia en la planta baja y de mirador soleado en la alta; desde allí se puede divisar el pantano y las puestas de sol por encima del caserío de Cespedosa de Tormes.